¿Autocuidado o Autoengaño? La Línea Delgada que Debes Conocer
- Psic. Nicole Torres Menschig
- 20 feb
- 3 Min. de lectura
Imagina esto: llegas a casa después de un día agotador y piensas, "Me lo merezco, hoy no haré nada." Tomas tu celular, te sumerges en TikTok, pasas horas scrolleando y, sin darte cuenta, ya es hora de dormir. O tal vez, decides que comer saludable hoy no es opción porque "necesitas comer pizza porque te hace sentir reconfortado." Suena familiar, ¿verdad?
No me malinterpretes, el autocuidado es fundamental. Darse pausas, escuchar al cuerpo, y ser compasivo con uno mismo es clave para una buena salud mental. Pero aquí viene el truco: si no tienes cuidado, el “autocuidado” puede convertirse en una excusa más para justificar hábitos que, en realidad, te están afectando más de lo que te ayudan.
No se trata de ser duros con nosotros mismos, pero sí de aprender a diferenciar entre lo que realmente es autocuidado y lo que, en el fondo, es solo una forma disfrazada de negligencia. ¿Cómo encontrar ese equilibrio? Sigue leyendo.
El Equilibrio entre Cuidado y Negligencia
Ser negligente contigo mismo no siempre se ve como algo grave o evidente. De hecho, suele disfrazarse de frases como:
🔹 "No haré ejercicio porque estoy muy cansado, mejor me relajo viendo Tik Tok en el sillón toda la noche." (Acto seguido, no hace ejercicio y tampoco duerme las horas necesarias para sentirse renovado el día siguiente.)
🔹 "Necesito un break, así que me quedo en la cama todo el día." (Acto seguido, no se levanta en efecto todo el día, se siente desagradable porque no se ha lavado ni los dientes y su estado de ánimo está más bajo que antes.)
🔹 "Hoy tuve un mal día, así que me merezco volver a cenar hamburguesa que es mi comida favorita." (Acto seguido, se come su tercera hamburguesa de la semana, lo cual le hace sentir con cargo de conciencia días después.)
No digo que descansar o consentirse de vez en cuando esté mal, al contrario, es necesario. Pero cuando el descanso se convierte en el pretexto constante para evitar lo que realmente te haría bien, ahí es donde cruzamos la línea.
Autocuidado vs. Gratificación Inmediata
Es fácil confundir el autocuidado con la gratificación inmediata si no tenemos clara su diferencia.
Por eso, es importante primero definir qué es el autocuidado. La OMS lo define como la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover y mantener la salud y para prevenir enfermedades y hacerles frente con o sin el apoyo de un trabajador de la salud o asistencial.
La OMS define al autocuidado como la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover y mantener la salud y para prevenir enfermedades y hacerles frente con o sin el apoyo de un trabajador de la salud o asistencial.
Desde esta definición, permítete cuestionarte si lo que estás haciendo por ti es un acto de autocuidado, o tal vez se trata de gratificación instantánea. Esta última, en cambio, está centrada en darte un alivio momentáneo el cual muchas veces funciona también como una forma de evitar aquello que sabes que necesitas, y muy probablemente te traiga cargo de conciencia o culpa a largo plazo.
Cuestiona tus Decisiones: ¿Quién Paga la Cuenta?
Una buena forma de identificar si te estás cuidando o saboteando es preguntarte:
👉 ¿Esto realmente entra en la definición de autocuidado y me hará sentir mejor a largo plazo o es solo en este momento?
👉 Si es solo por este momento, ¿me trae más beneficios que efectos nocivos a largo plazo?
👉 ¿Estoy cuidando de mi bienestar o solo evitando lo que me incomoda?
👉 ¿Mi yo futuro me agradecerá esta decisión o estaré dejándole el problema?
El autocuidado real no siempre es lo más fácil o placentero en el momento. A veces, implica levantarte de la cama y moverte, aunque no tengas ganas. Elegir la ensalada en lugar de la pizza, aunque no sea lo más tentador. Ir a terapia aunque duela enfrentar ciertas verdades.
No se trata de exigirte hasta el cansancio ni de ser inflexible contigo mismo. Se trata de encontrar ese punto medio donde realmente te estés cuidando sin caer en trampas disfrazadas de "me lo merezco".
Así que la próxima vez que justifiques una decisión en nombre de tu salud mental, pregúntate: ¿Estoy practicando autocuidado o simplemente buscando una salida fácil?
Descarga nuestra guía sobre autocuidado:
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